Esto es lo que se aprende en el trabajo y lo que se cree que merece la pena saber si vas a realizar reformas de casas.
- Investiga y haz un presupuesto antes de ponerte manos a la obra
Saber lo que está en juego es un buen punto de partida. Y el presupuesto suele ser el principal factor limitante.
«Yo fijé un presupuesto de trabajo porque sabía que sólo podía renovar la cocina y repintar la casa», dice Alice.
«Antes de empezar pedí muchos presupuestos de todo lo que tenía que comprar y sabía exactamente lo que me costaría y [que] estaba dentro de mis ahorros».
Del mismo modo, Bianca y Jack «ahorraron mucho antes de empezar la reforma y trabajaron dentro de ese presupuesto para evitar pedir un préstamo adicional».
- Una vez conocido el presupuesto, sepa cuáles son sus prioridades y necesidades
«Tómate tu tiempo para ver cómo están diseñadas y funcionan las casas de los demás, y luego analiza bien cómo vives tú», dice Alice.
«¿Te gusta que el fregadero sea individual, doble, qué tipo de grifo, dónde te gusta guardar los cubiertos, necesitas un lavavajillas? Conocer tus propios hábitos sobre cómo te gusta hacer las cosas te informará mejor sobre cómo diseñar tu espacio y a qué dar prioridad».
Bianca sugiere «diseñar la versión más especial de tu casa, aunque se salga del presupuesto, y recortar después donde haga falta».
«Cuando lo ves todo plasmado en papel, las cosas que creías importantes pueden no tener realmente sentido para la casa que estás construyendo».
- Ahorrar costes extra siempre que sea posible en las reformas de casas
Una reforma supone un gran desembolso y disponer de cierto margen de maniobra en el presupuesto puede aliviar el estrés y cubrir gastos imprevistos. Alice aconseja buscar formas alternativas de ahorrar dinero que luego se pueda emplear en otras cosas.
«Yo compré todos mis electrodomésticos de golpe durante unas rebajas y pude conseguir un descuento importante cuando lo pedí porque compré mucho junto», dice.
También es partidaria del espíritu de colaboración. «No tengas miedo de pedir a amigos y familiares que te echen una mano», dice.
«Te sorprendería lo satisfactorio que puede ser el trabajo sucio y lo divertido que puede llegar a ser».
Juntos, Alice y su familia rellenaron paredes agrietadas y agujeros, decaparon y lijaron cornisas, pintaron toda la casa, enfoscaron paredes de ladrillo, quitaron armarios empotrados y la cocina existente, convirtieron la parcela de tierra en un jardín e incluso instalaron ellos mismos armarios de cocina listos para usar.
Dice que mucho de lo que hay que saber se puede encontrar en tutoriales de vídeo en Internet o en ferreterías.
«La gente está realmente dispuesta a ayudar si preguntas».
- Saber cuándo subcontratar
Al igual que Alice, Bianca y Jack pudieron ahorrar en mano de obra haciendo ellos mismos la mayor parte del trabajo de renovación con la ayuda de familiares y amigos.
«Leímos mucho, vimos un montón de YouTube y prácticamente memorizamos todas las palabras del libro How to Be a Successful Owner Builder and Renovator», dice Bianca.
Pero también aprendieron que a veces es mejor recurrir a profesionales.
«Tardamos un total de dos días en construir nuestro primer conjunto de paredes de entramado para el baño de invitados antes de darnos cuenta de que un carpintero de verdad habría tardado unas cuatro horas», explica.
A partir de ahí, Jack y Bianca evaluaron cada trabajo que había que hacer para ver si era factible y merecía la pena su tiempo, o si tenía más sentido o era necesario subcontratar.
Aunque se arremangaron con gusto para hacer de todo, desde arrancar el suelo hasta aislar las paredes, trabajaron con un arquitecto para diseñar los interiores y contrataron a profesionales para las obras de fontanería, electricidad y desatascos.
Alice también subcontrataba trabajos cuando sabía que iban más allá de sus conocimientos y los de su familia. Encargó a profesionales la nivelación del suelo, la instalación de los electrodomésticos de la cocina y todos los trabajos de electricidad y fontanería para las reformas de casas.